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Síndrome de Trauma por Violación

La violación y el ataque sexual puede afectar a los sobrevivientes, chicas y chicos, mujeres y hombres, a lo largo de toda su vida. Después de un ataque sexual, es probable que el/la sobreviviente tenga que confrontar experiencias y decisiones médicas y legales difíciles. Pero el proceso de “hacer frente” a un asalto sexual no termina ahí.

La experiencia emocional de un asalto dura mucho más. Es posible que los sobrevivientes se sientan abrumados, desconectados de sus sentimientos o una combinación de ambos. No existe una manera “correcta” de reaccionar a la experiencia, pero hay una serie de sentimientos que muchos sobrevivientes comparten. Los consejeros expertos en ataques sexuales llaman a esta experiencia síndrome de trauma por violación (STV). El STV es un tipo de síndrome de estrés posttraumático psicológico, que a menudo sucede cuando una persona tiene una experiencia que potencialmente pone en peligro su vida o está presente cuando otra persona sufre este tipo de ataque.

El STV tiene tres fases principales. Las fases pueden durar varias semanas o años. La recuperación de una experiencia de este tipo puede significar retroceder y avanzar dentro de estas fases a lo largo de toda la vida.

La fase aguda

En la mayoría de las personas que han sido víctimas de una violación, la fase inicial (“aguda”) del STV se produce inmediatamente después que ocurre el ataque. Aunque varía según la persona, esta fase generalmente dura varias semanas después del ataque. Muchos creen que la respuesta “normal” a un ataque es llorar. Esto puede ser cierto para algunos sobrevivientes, pero no todos.

Los sobrevivientes pueden exhibir respuestas “expresadas” o “controladas” durante la fase aguda. Las respuestas “expresadas” “liberan” emociones, como por ejemplo llorar, o reírse, gritar, hablar, o cualquier otro modo de liberar la tención emocional que se siente.

Las respuestas “controladas” retienen las emociones. Las personas con respuestas controladas pueden sentirse retraídas, reacias a hablar, silenciosas, distraídas, insensibilizadas o desconectadas de sus sentimientos.

Durante la fase aguda, un sobreviviente también puede verse afectado por cambios apreciables en sus hábitos de dormir y comer. De la misma manera que la experiencia de un ataque por lo general conlleva sentimientos de “pérdida de control” sobre lo que le sucede a nuestro cuerpo, las alteraciones a la rutinade dormir y comer también pueden dar lugar a problemas de “control” sobre nuestra experiencia física. Los sobrevivientes también pueden estar sumamente “conscientes” de su entorno físico, por ejemplo, pueden sobresaltarse por ruidos o eventos inesperados.

La fase de reorganización

La segunda etapa del STV involucra un proceso mediante el cual el sobreviviente comienza a reorganizar su vida, después que el ataque ha alterado la “normalidad”. Durante esta fase, es posible que desaparezca parte del shock inicial, y el sobreviviente empieza a darse cuenta verdaderamente de lo que le ha sucedido. Esto puede durar meses o años.

Confrontar lo que sucedió puede ser muy doloroso. En la fase de reorganización los sobrevivientes pueden sentir vergüenza o culpa (aunque nunca es la culpa de la víctima). A pesar de que no tienen la culpa, los sobrevivientes pueden sentir que odian su cuerpo, y es posible que adopten hábitos alimenticios poco saludables para castigarse.

Los sobrevivientes pueden tener un comportamiento que no es habitual en ellos, como dejar de hacer las actividades que disfrutaban y de ver a las personas que solían frecuentar. A veces, los sobrevivientes pueden empezar a exhibir una conducta riesgosa o autodestructiva poco característica en ellos (como por ejemplo tomar drogas o mutilarse, como una manera de bloquear los sentimientos que están experimentando.

El esfuerzo por reorganizarse puede tener un impacto en las relaciones sexuales del sobreviviente. Para algunos sobrevivientes, tener intimidad sexual después de un ataque puede resultar una experiencia atemorizante y difícil, y pueden tener dificultad para acercarse sexualmente a otra persona. Pero para otros, la respuesta es exactamente lo contrario. Después del ataque, una persona puede sentirse desconectada de su cuerpo, y procurar todas las experiencias sexuales posibles para “borrar” o “sustituir” la memoria de lo que sucedió.

La fase de resolución

Durante la fase de resolución, los sobrevivientes aceptan lo sucedido. Es posible que aún se sientan tristes, enojados o lastimados por la experiencia, pero en esta fase, los sobrevivientes comienzan a enfocar su energía en recuperarse y continuar con sus vidas. Esto no quiere decir que el ataque “dejó de tener importancia,” o que los sobrevivientes “lo superaron,” pero sí significa que están recuperando su fuerza y aprendiendo maneras de manejar sus sentimientos sobre el ataque, a fin de comenzar a tener un mayor control sobre sus vidas.

Los sobrevivientes que han llegado a la fase de resolución aún pueden tener “flashbacks” o pesadillas sobre el ataque. Los “flashback” o retrocesos en el tiempo pueden ocurrir a causa de ciertos sonidos, lugares u olores que les hacen recordar el ataque. La recuperación es un proceso de toda la vida. La red Nacional para Víctimas de Violación e Incesto puede ofrecer consejos y asistencia para los sobrevivientes de una violación. Llame al 1-800-656-HOPE o visite la página Web para obtener más información y apoyo.

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